Mindfulness, caminar conscientemente
Mindfulness, caminar conscientemente

Mindfulness, caminar conscientemente

 Mindfulness reiki-barcelona.cat

Mindfulness es una forma de meditación consciente simple que lleva a estar presente en el momento, en sentir los pensamientos, los sentimientos, las sensaciones sin juzgarlas tan solo ser consciente de que están ahí.  Es una buena forma para combatir el estrés, las preocupaciones y la ansiedad.

Una forma muy sencilla de practicar mindfulness es caminando.  Cuando caminas es muy fácil perderte en tus pensamientos, estar pendiente del móvil, pensar en la próxima reunión o recordar en bucle todo aquello que se te olvidó comprar en el super en lugar de tan solo caminar, prestando atención a lo que ocurre a tu alrededor.

Al caminar enfocado en mindfulness eres capaz de de sentir todo lo que ocurre en el interior y el exterior, la consecuencia es que también eres consciente de todo lo que ocurre en tu cuerpo.  Adicionalmente esta consciencia te abre mucho más a qué piensas y qué sientes.

Puedes caminar conscientemente en cualquier lugar, pero el hacerlo en un bosque, playa o un parque tiene un aliciente mayor, la energía, vida y belleza de la naturaleza es mucho más calmante que el asfalto aunque a nivel de ejercicio sirva igual.

Intenta guardar tu teléfono, mp3, mp4 o cualquier aparato electrónico a buen recaudo, no lo vas a necesitar por el momento.  Sustituyéndolos tendrás la armonía y la música del mundo natural.

Utiliza tu vista como no lo has hecho hasta ahora

La vista es el sentido que más utilizas normalmente, pero ¿cómo lo usas mientras caminas? ¿miras hacia adelante ausente moviéndote en modo piloto automático?¿caminas mirando a tus pies constantemente?¿vas deprisa sin prestar atención ni siquiera a los que se cruzan en tu camino?  Vamos a cambiar eso.

Te propongo que salgas a caminar con tranquilidad, pauses tus pasos tan solo un grado por debajo de cómo normalmente lo haces, respires profundamente y alces tu mirada.  Comienza a mirar a tu alrededor, si estás en un lugar que conoces fíjate en los pequeños cambios, como algún cartel nuevo, plantas recién ubicadas.  Tómate tu tiempo para mirar de un lado a otro y descubrir nuevos colores…

Utiliza tus oídos como no lo has hecho hasta ahora

El sentido del oído es muy curioso, quizás es el que más filtra de todos los que tienes, incluyendo al irte a dormir donde literalmente te quedas sordo.  Su maleabilidad a nivel de filtrado de sonidos es increíble y por ello es el más fácil de despistarse.  Normalmente estando despierto oyes todo los sonidos pero eso no quiere decir que realmente escuches todos los sonidos. También vamos a cambiar eso.

Si estás en un parque o naturaleza, comienza a escuchar a tu alrededor.  Verás que al principio todos los sonidos se mezclan, el objetivo es separarlos uno a uno y que los puedas identificar.  Si este proceso te cuesta, tan solo cierra los ojos por un momento y deja que los sonidos filtren a tu interior.  Comienza a identificar el sonido del viento, el canto de pájaros, el sonido de insectos, el murmullo de los árboles, del mar.

Ahora camina y escucha el sonido de tus pies con el terreno, incluso puedes escuchar el sonido de tu propio peso al chocar con el suelo, sonidos de ramas, de gravilla, de piedras o de tierra.

Fíjate en la cantidad de sonidos que te rodean por doquier, sé consciente de cada uno de ellos.

Utiliza tu olfato como no lo has hecho hasta ahora

El sentido del olfato, dentro de los sentidos cinestésicos, es uno de los más poderosos -junto con el tacto- que posees.  Un olor concreto tiene la capacidad de transportarte a un lugar en concreto, a traerte innumerables recuerdos vívidos como si volvieran a ocurrir.

Si tu paseo es por la ciudad en lugar de un parque o naturaleza puede ser un poco más complicado de percibir, pero no por ello imposible.

Si estás en la naturaleza intenta captar el olor de la tierra -sobre todo si está húmeda- de la madera de los árboles, del aire fresco, de plantas aromáticas, de las flores, del mar.  Recoge uno a uno cada olor.  Con la práctica incluso podrás oler la propia vida de todo aquello que te rodea.

Si estás en la ciudad intenta captar los diferentes olores que te rodean, los perfumes de las diferentes tiendas -intenta entrar en una frutería para captar y diferenciar cada olor frutal- el aroma de alguna tienda de café.  Puede ser muy divertido intentar descifrar los olores de tu propia ciudad.

Siente como no lo has hecho hasta ahora

El sentir es el gran punto de partida para tomar total consciencia de tu cuerpo, consciencia física, consciencia mental y consciencia energética.

En tu paseo siente cómo la brisa acaricia tu piel, siente si es una brisa cálida o fresca.  Siente el sol y cómo tu cuerpo absorbe sus rayos, siente también cómo tu sistema utiliza esa luz para activar la vitamina d que yace en tu piel.  Si estás en un bosque, siente la humedad, el rocío o la lluvia si fuera el caso.  Si estás en la playa, descálzate y siente el masaje de la arena en tus pies, cómo se adapta a cada zona de ellos.

Siente cómo el aire entra en tus pulmones acompasadamente con tus pasos, inspira y exhala.  Se consciente de la vida que te aporta.

Lleva tu atención a tus pies, siente cada zona plantar al dar el siguiente paso.  Camina suave y pausadamente, intenta no chocar con el suelo si no deslizarte con armonía sobre él.  Siente cada paso, dónde se apoyan tus pies al caminar.

Observa tus pensamientos como no lo has hecho hasta ahora

Puede que llegado a este punto de tu excursión no hayas pensado en otra cosa que percibir lo que te rodea con todos tus sentidos y en tiempo presente.  Por otro lado, puede que algunos pensamientos se hayan colado en tu mente mientras realizabas este ejercicio de consciencia plena.

No te alarmes, es totalmente normal.

Deja que fluyan, llevan muchos años al mando de tu mente y no van a desvanecerse a la primera de cambio.  Tan solo deja que lleguen y se vayan, como si fueran olas en el mar que rompen en la arena.

Actúa como un observador en esa playa, mirando cómo llegan y cómo se marchan sin juzgar, sin querer tomar parte, sin querer modificar ni controlarlos.

No los categorices en bueno o malo, tan solo son, tan solo están y tú eres quien los observa.

Más adelante con una mente serena, centrada y equilibrada los resolverás de forma rápida y precisa, pero no ahora.

Practica este sencillo ejercicio siempre que tengas ocasión, verás cómo poco a poco entrarás en el fantástico mundo de la meditación consciente y el equilibrio.

Diana Llapart

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