Para comenzar cualquier práctica de Reiki, debes activar la energía reiki dentro de ti. No te preocupes, es muy fácil.
Cierra los ojos y respira profundamente unas cuantas veces. Intenta inspirar suavemente por la nariz y exhalar suavemente pro la nariz.
Ahora imagine que la coronilla de tu cabeza se abre y un torrente de luz blanca sanadora fluye desde la parte superior de su cabeza hasta tu corazón y sale a través de sus brazos y manos.
Sigue respirando mientras sientes el flujo de energía. Si ves que tu mente divaga o comienza a cuestionar si reiki está funcionando, vuelve a su respiración. Visualízate como un recipiente de sanación. Después manifiesta tu intención u oración al universo para recibir la energía universal en tus manos y tu cuerpo.
Desde aquí puedes dejar que ese torrente energético te llene y meditas en él o puedes enviar reiki a distancia o a tu paciente presencial. Recuerda siempre acabar agradeciendo a la energía su voluntad de estar contigo.


